30 abril, 2006

La Caída del camino

Unos años antes de ser consciente de la existencia de Aurópolis mi hermano hizo un intrigante dibujo a lápiz, que tiempo después inspiró el “Discurso del general Lórsis...”. El siguiente párrafo fue un esfuerzo por describir la escena que había sido pintada.

La Caída Del Camino

Veo a través de un sueño engañado la desértica, cicatrizada piel de un planeta abandonado a su olvido bajo la silenciosa compañía de dos gemelas ya muertas, frías, menguantes en el congestionado aire de una tarde sin final. Es la yerma planicie hogar sin fronteras de los tres últimos profetas: el uno triste y resignado a su final, parado quieto; el otro, ave cansada posada en una roca sobre el borde del mudo tentador abismo; y el tercero, en el medio de la desolada nada, a iguales pasos de graves y agonizantes montañas, del lago espejo de sangre del cielo y de la infinita anciana grieta, recita inaudible oración por el final. Miran los tres últimos guardianes el final del tiempo, la caída de las rocas milenarias que desde aquel ahora desierto fueran puente al firmamento, camino a la puerta sagrada donde bañada por luz púrpura aguarda la figura de salvación. Saludan el mañana que sus ojos no han de ver... Oigo en mi sueño el último latido de Aurópolis...

Bogotá D.C., 2 – IV – 1998