13 enero, 2007

Lo que la Griot Nebur comprendió.

Solo muchos cientos de miles de segundos después, la Griot Nebur comprendió lo que la otra serpiente, alma hermana, alma gemela de su ser, intentaba explicarle a la niña con escamas.

Que no importa realmente lo que la otra persona te puede ofrecer, o te puede dar, sino lo que NO te puede ofrecer, lo que NO te puede dar.

Lo más importante no son las promesas de un futuro.Lo más importante no es lo que hay ahora.Lo más importante no es lo que habrá.

Lo más importante son ellos:

Los vacíos.
Los vacíos.

Son al cabo más importantes que todas las riquezas.
Porque son ellos donde se prueba realmente la fuerza.
Son los que realmente unen o desunen.

Lo más importante es lo que se es y lo que se ha dejado de ser.
Lo más importante es lo que no hay ahora.
Lo más importante es lo que faltará.

Los vacíos.
Los vacíos.

Tus vacíos, ¿los puedo llenar yo? ¿Podré amarlos y tengo la suficiente fuerza para llenarlos o superarlos?
Mis vacíos, ¿tienes la fuerza para soportarlos y amarlos? ¿puedes llenarlos? ¿puedes volar sobre esos desiertos que te ofrezco?

¿Son iguales nuestros vacios y estaremos eternamente buscando algo que jamás podremos satisfacernos mutuamente?

Una conversación de la Griot Nebur con la Hija de la Luna

-No es tanto acerca de heroísmo –le dijo la Griot Nebur a su amiga. – Anoche, cuando lo mencionaste, me quedé pensando en ello.
La Griot dibujó entonces una línea en el jardín Zen con la varita.
-¿Ves esta arena? - Y la hija de la luna posó sus ojos en el pequeño recuadro de arena fina.
-Es arena y es mar –continuó la Griot Nebur mientras miraba la sombra de su mano sobre las dunas. – Esta sombra es el regreso de la hija de la oscuridad, esta luz es el espejo olvidado largos años y reencontrado bajo la almohada de un gato.
En las montañas el silbido de un ave reclamaba la compañía de su pareja extraviada hace rato. Quizás no era un ave.
-¿Por qué dices que no es heroísmo? – inquirió la hija de la luna.
-Por que yo no busco un recuerdo efímero – le respondió la Griot. – Yo busco una huella más profunda que la de una pirámide, un mar más salado que el lago seco, un sueño perpetuo en el olimpo acariciando la falda de la diosa que me protege. Lo que busco no es un algo intenso y breve, lo que busco es un algo perdurable y a la vez sutil, como el aroma de la rosa en la madrugada, como la gota de rocío en la hoja de una lechuga, como el suave tacto de la piel de un conejo… que no duran en el tiempo, es cierto, pero que perduran en el alma.
-¿Y encuentras eso en el espejo de la media noche?
La Griot Nebur se inquietó con la pregunta de su amiga.
-Cada vez soy menos y menos yo.

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