25 marzo, 2009

Reliquias - todos mis textos

(desvergonzada auto-promoción)





RELIQUIAS
Recopilación de todos los cuentos y poemas publicados. Esta colección de 600 páginas incluye más de 150 páginas de material inédito.

Lo que antes te costaría entre 63 y 106 dólares al comprar los libros sueltos puede ser tuyo en un volúmen único por el cómodo precio de tan sólo U$20.



CONTIENE:


Textos publicados anteriormente
1997 - Caja de Palabras
1998 - Indubio
1999 - Floreat Astra
2000 - Tokyo Blues
2003 - Black Shade of the Rose

Textos inéditos
Nhore
Wars - a play
Skias Onar
Textos de la Griot Nebur
Analema - borradores
Textos de Restrepo – Meta

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O descarga gratis el PDF para leerlo desde ese mismo enlace.

31 marzo, 2008

La pregunta de Hari

- ¿Por qué esa mirada tan llena de silencio? –preguntó el anciano Hari.
- Por la soledad que hoy abrazo –respondió la Griot nebur con voz desvanecida. Ante su antiguo amigo era poco lo que podía ocultar, y de cualquier modo no quería ocultarle nada en ese momento.
- ¿Ya la dejaste ir? – preguntó el.
- Sí.
- ¿Se fue feliz?
- No lo sé… creo que sí… tal vez sí…

La Griot Nebur suspiró, miró al horizonte y agregó: -No lo sé, me gustaría saberlo.

El anciano Hari alzó su mano arrugada, y con esos ojos dulces pero ciegos desde muchos años atrás le sonrió: -te pregunto de nuevo, Griot, ¿Por qué esa mirada tan llena de silencio? ¿El fuego que te desgarra no es el mismo que te dio la vida? ¿El dolor que sientes y el miedo que te abraza, no es lo que te hace feliz?

La Griot Nebur calló por varios minutos, al cabo de los cuales respondió: -No lo sé, Hari. Quiero creer que sí.

07 julio, 2007

Conversación de la Griot Nebur con Hebi

- ¡Alto! –ordenó Hebi. La Griot Nebur se sorprendió de escuchar a su espalda esa voz conocida.
- Hebi, tanto tiempo sin vernos –le respondió.
- Y sin embargo nunca nos hemos dejado de ver.
Nebur giró la cabeza sobre su hombro y sonrió mirando al piso. La sombra le devolvió el gesto agitándose sobre el suelo tibio del atardecer.
- Insistes en caminar a pesar del camino, Griot? –le preguntó. –¿En qué piensas ahora, Griot?
La Griot Nebur se sentó en el suelo con las piernas entrecruzadas. –En la Eternidad.
- ¿La Eternidad, de nuevo, Griot?
- ¿Puede un ser que permanece un instante en el universo ser eterno, Hebi?
- Tan eterno como el suspiro de un enamorado. Tan eterno como la certeza de la muerte.
- Puedes tú ser eterna cuando me vaya, Hebi?
- Seré eterna gracias a ti, Griot. Incluso ahora me marcho y no lo notas, incluso ahora me quedo en la tierra y me reconoces en cada roca. ¿Qué te preocupa, Griot?
La Griot Nebur respiró hondo.
- Te odio, Hebi. Te odio por ser la única que me pregunta lo que me pregunta. Te odio porque como tú no hay dos. Te odio porque no tienes rostro. Te odio por no poder abrazar, por no poder patear, por no poder estar más cerca.
- Qué odias realmente de mí, Griot Nebur?
- Que eres tú, y yo soy tú. Que no eres nadie más fuera de esta piel. Que eres un sueño anhelado afuera, Hebi, afuera, afuera, no aquí. Que eres el alma anhelada buscada en otras pieles, en otros brazos… te odio porque no estás allá, te odio porque estás acá.
- ¡Ah, Griot! Cuánto dolor compartimos.
- ¡Ah, Hebi!
- ¿No es suficiente para tí que yo sea y esté aquí? ¿Siendo que estamos más cerca de lo que ya estamos, siendo uno y lo mismo?
- No es suficiente. Porque eres todo y eres nada. Eres un sueño acabado al salir el sol, eres poco menos que un suspiro que se esconde en la sombra, en esa eterna sombra que jamás dejarás de ser. Y no te quiero, no así. Porque busco la luz, porque siento la necesidad de un faro en medio del océano. Hebi, lo sabes: somos dos sombras navegando en una cáscara de nuez, azotadas por las olas y las tormentas en la noche sin luna. Y sin importar cuán cerca estés, jamás me podrás brindar el refugio que busco, porque eres nada aunque te sienta todo.
Hebi se agitó en el suelo. Jugó con la hierba y los insectos. Luego se puso a bailar.
- Si con eso fuera suficiente, Hebi.
Hebi se detuvo. Lloró. Y sus lágrimas no eran más que el reflejo de las lágrimas de la propia Griot.
- Hebi, algún día quizás te asombrarás cuando me una a tí en tu baile. Y quizás algún día te veré en los ojos de una mujer de piel. Serán eones, y mientras tanto reposaremos aquí, en este Valle del Silencio, esperando a ser encontradas mientras el viento susurra nombres ya olvidados.
- Lo sé, Griot, lo sé. Uno se acostumbra.

13 enero, 2007

Lo que la Griot Nebur comprendió.

Solo muchos cientos de miles de segundos después, la Griot Nebur comprendió lo que la otra serpiente, alma hermana, alma gemela de su ser, intentaba explicarle a la niña con escamas.

Que no importa realmente lo que la otra persona te puede ofrecer, o te puede dar, sino lo que NO te puede ofrecer, lo que NO te puede dar.

Lo más importante no son las promesas de un futuro.Lo más importante no es lo que hay ahora.Lo más importante no es lo que habrá.

Lo más importante son ellos:

Los vacíos.
Los vacíos.

Son al cabo más importantes que todas las riquezas.
Porque son ellos donde se prueba realmente la fuerza.
Son los que realmente unen o desunen.

Lo más importante es lo que se es y lo que se ha dejado de ser.
Lo más importante es lo que no hay ahora.
Lo más importante es lo que faltará.

Los vacíos.
Los vacíos.

Tus vacíos, ¿los puedo llenar yo? ¿Podré amarlos y tengo la suficiente fuerza para llenarlos o superarlos?
Mis vacíos, ¿tienes la fuerza para soportarlos y amarlos? ¿puedes llenarlos? ¿puedes volar sobre esos desiertos que te ofrezco?

¿Son iguales nuestros vacios y estaremos eternamente buscando algo que jamás podremos satisfacernos mutuamente?

Una conversación de la Griot Nebur con la Hija de la Luna

-No es tanto acerca de heroísmo –le dijo la Griot Nebur a su amiga. – Anoche, cuando lo mencionaste, me quedé pensando en ello.
La Griot dibujó entonces una línea en el jardín Zen con la varita.
-¿Ves esta arena? - Y la hija de la luna posó sus ojos en el pequeño recuadro de arena fina.
-Es arena y es mar –continuó la Griot Nebur mientras miraba la sombra de su mano sobre las dunas. – Esta sombra es el regreso de la hija de la oscuridad, esta luz es el espejo olvidado largos años y reencontrado bajo la almohada de un gato.
En las montañas el silbido de un ave reclamaba la compañía de su pareja extraviada hace rato. Quizás no era un ave.
-¿Por qué dices que no es heroísmo? – inquirió la hija de la luna.
-Por que yo no busco un recuerdo efímero – le respondió la Griot. – Yo busco una huella más profunda que la de una pirámide, un mar más salado que el lago seco, un sueño perpetuo en el olimpo acariciando la falda de la diosa que me protege. Lo que busco no es un algo intenso y breve, lo que busco es un algo perdurable y a la vez sutil, como el aroma de la rosa en la madrugada, como la gota de rocío en la hoja de una lechuga, como el suave tacto de la piel de un conejo… que no duran en el tiempo, es cierto, pero que perduran en el alma.
-¿Y encuentras eso en el espejo de la media noche?
La Griot Nebur se inquietó con la pregunta de su amiga.
-Cada vez soy menos y menos yo.

(_.¤´¯`· o ·´¯`¤._)

30 septiembre, 2006

Kratos (geología auropolitana)

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Kratos (biología auropolitana)

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16 julio, 2006

Nano - parte 1

En una montaña, cerca de un busque desconocido, lejos de los ojos de quien no debía verlo. Allí estaba Nano. Jadeaba. Escuchaba a lo lejos los pasos apresurados e indecisos de una joven que gritaba su nombre entre sollozos. Le era difícil saber si iban o venían, pues cada vez los escuchaba más altos pero la brisa cálida que envolvía el ambiente los amortiguaba, y confundía su origen. De repente se sintió muy pesado y con sueño. El dolor inicial había cedido y se desvanecía bajo un intenso frío que le envolvía las extremidades, cada vez más lentas. Su visión se empezó a volver borrosa y ahora se movía torpemente, no tanto esforzándose ya en huir, sino en mantenerse en pie al menos. Reconoció los árboles y se dio cuenta que estaba cerca al viejo sauce que lo conocía. Le tomó mucho más tiempo de lo usual llegar hasta él, pero cuando lo ubicó se sintió tranquilo y no percibió la tensión de sus músculos, ni la opresión en el pecho. Llegó a él, se abrazó al nudoso tronco y con la mano izquierda acarició la corteza. Aún estaban ahí las astilladuras no muy viejas de sus prácticas. Recordó algo y dio la vuelta al árbol. Allí estaba aún la inscripción que hubiera hecho con la navaja que le había regalado Pocho. Y lo odió. Lo odió a él. Y a ella, que no había dejado de seguirlo. Ya no escuchaba su voz nerviosa, pero sabía que no demoraría en llegar. El fuego en su vientre se hizo más intenso, pero ya no tenía fuerzas para gritar ni apretar los dientes; sus propios puños se negaban a cerrarse. A través de su visión distorsionada miró al piso y vió cómo las hojas secas se agitaban con la brisa, descubriendo un montón informe de plumas pequeñas. «Mala señal» pensó. Un sabor amargo subió a su boca, y Nano supo que ya no regresaría a Savana.

15 julio, 2006

Domar al León (Zoología auropolitana 1)

Para domar al León no hay que hacer como en “El Príncipito”. No. Es cierto que Exupery escribió un relato genial, y muy cute y todo eso... pero el Zorro no es el León, y el León no vive en la Tierra sino que es una habitante Auropolitano. De modo que no se pueden aplicar las mismas reglas.
Además sabemos que este León en particular es una mierda de león mientras que el zorro francés era una ternura, y por máaaas que se haya creído comprender al León, siempre resultará que el inmenso hoyo negro que es su espíritu guardará alguna sorpresa.

Y al decir hoyo negro no me malentendáis: un hoyo negro no es tan feo ni peligroso como lo pintan; de hecho (y gracias a que la luz no puede escapar a la gravedad de un hoyo negro) el interior de un hoyo negro es el lugar más iluminado del universo, donde brillan con fulgor cientos (sino que miles) de estrellas en hermosa constelación interna. El punto que quiero aclarar (tanto para zoólogos, exobiólogos y simples curiosos) es que el exterior del León que tomamos de ejemplo en este caso no es ni parecido al interior. Y gracias a una particular reacción que ocurre cuando el León se refugia en la Sombra o en las varias sombras que hay en su pradera (obviamente necesita tomarse un descanso) parte del hoyo negro entra en contacto con el universo actual por medio de un vórtice espacio-temporal que implica que grandes cantidades de energía poco estable (y poco conocida, aunque supuesta teóricamente) escapen de su prisión gravitatoria para salir despedidas con impredecible rumbo por la pradera. Ahora bien, esta energía no tiene nada que ver con domar al león, pero sirve tenerla en cuenta para no llevarse desagradables sorpresas al momento de acercarse al León. Conociendo su existencia, y no olvidando que sin la debida protección la radiación puede ser mortal, la aproximación final al León puede llevarse a cabo con relativa seguridad.


En fin, volviendo al tema, SÍ hay una manera de domar al león sin morir en el intento. Bueno, de hecho hay dos o tres:
La primera, es acercarse siendo tú mariposa que a aproximarse agites tus alas y refresques en su rostro el calor del ardiente sol.Aquí no hay problema, pues dado que eres de una especie diferente y no hablas leónico ni el león hablara maripósico pues no hay modo de comunicación más que la simple, efectiva y siempre hermosa comunicación por los gestos y el tacto (no olvidar que a pesar de su piel dura y gastada por las batallas el León es eminentemente un ser sensual). Quizás creas que la mariposa sirve al león, pero no: es el León quien acabará sirviendo a la mariposa si esta lo sabe tratar bien, y con seguridad él la pondrá como reina de la pradera.


La segunda manera, es acercarse tú siendo leona. Siendo leona más grande y más fuerte que él para que a tu lado el León se convierta en tu sombra, en inofensivo gatito que te admire y te siga a donde vayas sin cuestionar tus acciones. Hay que recordar que el León es orgulloso, le gusta sólo lo mejor y más poderoso, no se conforma con menos. Si bien vale la pena el sacrificio, sacrificará con gusto su trono para arrastrarse en la pradera cuando y como se lo ordenes. Y no porque el león no se ame a sí mismo, sino porque el León adora y admira lo que es mejor que él, lo que es bello, lo que es hermoso, lo que lo hace querer ser mejor León, y para lograrlo y para retener a su lado la belleza y la grandeza que ve, con gusto se humillará. Obviamente, “Leona” aquí sirve como figura conceptual. En realidad puede ser dragona, serpiente, cabra, coneja, vaca... hasta libélula. Siempre y cuando sea la mejor de su clase (o al menos lo aparente muy bien) para efectos prácticos es lo mismo.


La tercera manera de domar a león es muy simple: no intentando competir contra él. De por sí que los leones son celosos de sus cosas y se creen la gran cosa. Entonces es un error intentar ponerse a su nivel y hablar su mismo idioma en su mismo terreno, porque la respuesta siempre será orientada a regresar al competidor al sitio que le corresponde. Repuesta que es más fuerte en los leones auropolitanos del continente rojo. Intentar ocupar el mismo espacio del León es arriesgarse a un destierro abrupto y con frecuencia doloroso. Domar al León es sencillo simplemente no ocupando sus territorios con ánimos de confrontación; el territorio del León se puede ocupar para cualquier otro propósito, menos para pelear, ya que siempre encontrará la manera de vencer, así tenga que vender su alma al diablo de la contradicción.


La cuarta manera de domar al León es regresándolo a su territorio amablemente. Los leones suelen salir en exploración a otros terrenos, y con frecuencia descansan bajo la sombra de árboles ajenos. Lo cual no significa que se vayan a quedar allí eternamente, pues siempre preferirán regresar a sus dominios. Pero intentar forzar su paso por un lugar, o apresurarlo a salir de él, siempre resultará en que el León agite su cola y probablemente se tire un pedo en la cara de quien lo fuerza. Si el León descubre que lo encaminan con un ritmo adecuado y lo regresan sin malestar a su sitio, con seguridad su corazón se rendirá a quienes dominan terrenos extranjeros, y abandonará la invasión con mayor prisa.


Es sencillo domar al León.


Ah, si: lo olvidaba.
Hay una quinta manera de domar al León: No poniéndole pruebas, aceptándolo como es y con lo que puede ofrecer. Entre más pruebas se le pongan al león, este se tornará más agresivo y se cansará del juego. Al león no le gustan los juegos (a menos que sean sexuales): le gustan los resultados.

02 mayo, 2006

De cómo la Griot Nebur conoció sus dos almas

La Griot Nebur se dio cuenta de su doble esencia cuando una mañana de abril sentada junto al lago el sol a su espalda proyectó frente a ella dos sombras desde su mismo cuerpo. Su mente se estremeció al comprender que había heredado de sus antecesoras –además del Don- la inusual y poco comprendida capacidad de amar más allá de la piel. Y aunque en un primer momento las dudas sobre la doble naturaleza de las Griot anteriores la hicieron querer pensar otra cosa, los registros de sus obras le dieron la evidencia necesaria para completar el cuadro de su realidad: siempre había una historia del espejo que hablaba reclamando reconocimiento, y siempre la misma frase expresada con diferentes palabras a lo largo de las generaciones: “No sé qué hacer, pues dos almas hay en mí”.

Más tarde ese mismo día el más viejo Nilem del valle le confirmó a la confundida Griot lo que su corazón sospechaba: hubo una Da-raen antes de la Griot que tomó ese nombre, y una primera Ikhmutu y una primera Glayth que en sus días precedieron a la verdadera Ikhmutu y a la verdadera Glayth; y en efecto había existido una Nebur antes de nacer ella misma.

Esa noche la Griot Nebur se sentó en las ramas de su árbol favorito. A sus pies el valle se extendía respirando en paz. Miembros de las tres razas se mezclaban unos con otros. Allí estaban los Sharuk de potente voz, los Haruk de piel inigualable, y los Nilem de ojos penetrantes. Y ella, la Griot.

La Griot Nebur sintió su interior derrumbarse cuando reconoció a una de las doncellas Nilem que se acercó al árbol.
- Griot –le dijo, -¿Honrarías a mi casa al cenar esta noche con mi familia?
Nebur bajó de la rama y , perdida en la indescifrable altivez de la sonrisa unida a la indomable ternura de los labios de la Nilem, le respondió: - Sí, iré a tu casa y a los tuyos esta noche.
La joven se marchó dejando tras de sí un rastro de pureza en el aire.
La Griot Nebur cerró sus puños.
- Lo siento... perdóname –susurró ya cuando la Nilem estaba muy lejos para escucharla. Y Nebur lloró por el futuro de la que hasta ese día había sido su amiga y confidente y que ahora se alejaba para esperarla luego. –Por favor, perdóname... por sentir lo que siento.

Antes de llegar a casa, Annivia-Nilem se detuvo en el puente del arroyo, enjuagó sus propias lágrimas y miró a la luna. – Griot Nebur –susurró ahogadamente, -no estés triste... yo también te amo.

Abril16 de 2006
Bogotá D.C.

El Linaje de la Griot Nebur

«Dyma’pir, la tercera de las seis hermanas del lago blanco se convirtió en la primera de las nuevas Griot generaciones después de que el don de contar historias se había casi olvidado. En su sangre el palpitar del sueño despertó en ella el poder de la palabra gracias a la voz blanca que atravesó su corazón una tarde de otoño y emanó de sus ojos en forma de arco iris.

»Dyma’pir gestó en su anciano vientre una única hija a la que llamó Da-raen, esto es: “la mujer valerosa”. Más a Da-raen la llamaban “La mujer blanca” por la pureza de su piel; el lunar sobre su ceja izquierda sólo resaltaba aún más la inmaculada exquisitez de su faz. De su madre heredó el Don y el título de Griot, el cual honró rescatando para los pueblos las crónicas antiguas de cuando los ancestros se preocupaban más en hacer la guerra que en llevar registros de su memoria.


»Da-raen engendró a Ikhmutu, la de ojos de serpiente. Ikhmutu no esperó hasta el llamado de la sangre en el eclipse para ser nombrada Sucesora: se adelantó a Da-raen en los cantos. Es la única vez que se recuerda a dos Griot vivas al mismo tiempo. Ikhmutu brilló tanto como su madre Da-raen, pero murió prematuramente y no pudo ver a su hija Glayth convertirse en mujer.


»Glayth, la mujer antes de ser mujer, mujer de las mujeres. Cantaba sueños y los recuerdos eran en su boca anhelos de un futuro ya vivido. El Don venía en ella de sangre y a su sangre honró creando ilusiones de un mañana jamás visto. Por amor a su esencia ofrendó su cuerpo para engendrar a su sucesora, a quien puso el nombre de su entristecida novia: Nebur.


»Nebur, la compañera de la Griot Glayth, se ahogó en el Río de la Piel una noche de luna llena. Luego encontraron su cuerpo con el seno izquierdo tasajeado. La niña que llevaba su nombre creció y se formó para suceder a su madre.

»Nebur, hija de Glayth, hija de Ikhmutu, hija de Da-raen, hija de Dyma’pir, heredó de ellas la voz y la capacidad de ver con los ojos cerrados. La noche de la Sucesión cuando Nebur recibió la diadema, su madre Glayth se retiró a ver en el horizonte el silencioso Río de la Piel y nunca más habló. Esa noche Nebur, cuyo nombre significaba “Luz” en el lenguaje de su tatarabuela, recitó su primera obra a los oídos de quienes sentados alrededor del tótem la loaban. Su obra era una colcha de retazos hecha con el material de los sueños, los deseos y las ilusiones logradas y algunas perdidas, y tejida en el telar de un edificio inconcluso enraizado en el bosque desértico. Su obra fue ofrecida con expectación y temor, y endulzada con frutos del pasado y uvas cosechadas en su propio seno... »

Etc...

Bogotá: Marzo18 de 2006



Notas de Rubén:
Desesperado por no poder avanzar mucho en Analema, decidí dejar de enfocar los malditos textos que acababan con mis nervios y centrarme en un aspecto más macro: la voz narradora.

Xanthius me gustaba como narrador, pero se me hacía difícil trabajar con él, siendo un anciano. Me habría gustado que fuera mucho más joven, pero entonces su credibilidad se vería seriamente comprometida. Y aunque Xanthius permitía el uso de varios símbolos en la decadencia de su cuerpo, estos mismos me limitaban su grandeza.

La solución fue relativamente simple: reemplazar al vejete y decadente Xanthius (que aunque anciano poseía gran valor moral y sabiduría), por un personaje sano de edad indeterminada y pasado mucho más complejo. Buscando siempre lo más diferente al original para que antiguos bocetos no perturben mi mente al momento de escribir, el resultado fue crear a una mujer.

Así nació Nebur. No una narradora de historias... porque al fin de cuentas una cuentera no tiene mucha mística. Sino una Griot en toda regla. Y al darle el estatus de Griot, se hacía necesario un pasado. Y fue así como surgió la genealogía de Nebur:

Que Nebur sea una mujer me evita bastantes problemas. Y que sea hija de una lesbiana me permite justificar que un texto como “La luna en tu espalda” se haya metido en medio de Analema. Que Analema sea su primer canto me permite justificar todos los errores formales y de coherencia que al final tiene Analema. Y haciendo que Xanthius se convierta en un personaje de ficción dentro de la primera parte de la narración de Nebur me permite mostrar mejor sus símbolos sin comprometerlo demasiado en la historia.

Por cierto... Griot es una palabra africana con la que se designa a quienes transmiten oralmente la tradición folclórica y mitológica.

30 abril, 2006

La Caída del camino

Unos años antes de ser consciente de la existencia de Aurópolis mi hermano hizo un intrigante dibujo a lápiz, que tiempo después inspiró el “Discurso del general Lórsis...”. El siguiente párrafo fue un esfuerzo por describir la escena que había sido pintada.

La Caída Del Camino

Veo a través de un sueño engañado la desértica, cicatrizada piel de un planeta abandonado a su olvido bajo la silenciosa compañía de dos gemelas ya muertas, frías, menguantes en el congestionado aire de una tarde sin final. Es la yerma planicie hogar sin fronteras de los tres últimos profetas: el uno triste y resignado a su final, parado quieto; el otro, ave cansada posada en una roca sobre el borde del mudo tentador abismo; y el tercero, en el medio de la desolada nada, a iguales pasos de graves y agonizantes montañas, del lago espejo de sangre del cielo y de la infinita anciana grieta, recita inaudible oración por el final. Miran los tres últimos guardianes el final del tiempo, la caída de las rocas milenarias que desde aquel ahora desierto fueran puente al firmamento, camino a la puerta sagrada donde bañada por luz púrpura aguarda la figura de salvación. Saludan el mañana que sus ojos no han de ver... Oigo en mi sueño el último latido de Aurópolis...

Bogotá D.C., 2 – IV – 1998

19 abril, 2006

El Gran Xelah

El Gran Xelah es la fuerza más oscura y siniestra que habita el planeta.
Nunca nadie ha visto su verdadera naturaleza, pero se dice que es un demonio poderoso que puede metamorfosear en cualquier cosa, para destruir a las personas y desequilibrar sus vidas.

Tan pronto como se vayan recolectando datos, se irán consignando aquí.

Las tres religiones (aspectos generales)

Hay en Aurópolis tres religiones establecidas desde la antigüedad, formadas y perfeccionadas con el transcurso de la evolución humana. Pertenecer a ellas no tiene restricciones de ningún tipo, pero no se puede pertenecer a más de una a la vez. Si bien antiguamente se habían erigido como propias de cada raza, actualmente cada religión tiene adeptos de todas las razas.


Hermanos del Culto Rosado:
Pregonan el conocimiento de la eternidad por medio del arte y la experiencia sensual que produce la belleza de las cosas.

RON:
“Realidad O Nada” es su lema. Proponen la realidad y la experiencia directa como el único camino al conocimiento puro.

Adoradores de la Rosa:
Veneran a la Mística Rosa Dorada de cabello negro, y todo lo que la rodea, exaltando su eterna belleza y poder.

Las tres razas (aspectos generales)

En Aurópolis viven tres razas de humanos: Sharuk, Haruk, y Nilem. Ellos se han reproducido, extendido, y dominado el planeta.

Las principales características de estas razas son las siguientes:


Sharuk:
La raza más poderosa e influyente políticamente en el planeta. Son los únicos que pueden usar magia, y quienes han desarrollado la mayor parte del conocimiento místico.
Presencia en la población: 46%


Haruk:
Sus miembros son los más fuertes y los de mayor resistencia física. Principalmente trabajadores y guerreros. Se han constituido en la fuerza del planeta.
Presencia en la población: 32%


Nilem:
Raza intelectual. Antiguamente eran iguales a los Haruk, pero la influencia de la Torre del Ermitaño minó sus fuerzas y su ánimo bélico.
Se especializaron en las artes y en la ciencia, y a ellos se debe el adelanto tecnológico del planeta.
Presencia en la población: 22%

La Orden de L@s Protector@s

Existen en Aurópolis varios gobernatos, constituidos por regiones, ciudades, pueblos y aldeas. Para proteger y defender a los habitantes de Aurópolis en cada gobernato, se definió en tiempos antiguos la Orden de L@s Protector@s. A esta Orden pertenecen personas con cualidades especiales, como lo son: fortaleza de espíritu, amplitud de corazón, claridad de mente, e independencia de pensamiento. Cada vez que una persona entra a esta orden, aquella persona más cercana a su corazón también entra a formar parte de la Orden.
Las personas pertenecientes a esta Orden son mas bien pocas, y se hallan repartidas a lo largo y ancho de cada continente. Ell@s tienen como misión principal “proteger y defender a las personas que aman”. A su cargo cuentan con generales que conducen sus ejércitos cuando es necesario.

Historia General de Aurópolis

Bien.... la verdad es que Aurópolis tiene una historia bastante larga, por lo que aquí presento una versión muy resumida:

La Antigüedad (época pre-histórica):

Aurópolis es un planeta de primera generación (es decir: que nació con las primeras estrellas del universo). Su edad se ha calculado en cerca de 6mil millones de años desde la acreción y el enfriamiento del material que lo conforman.

Luego hubo un intenso periodo primitivo de formación de la corteza y el surgimiento de caenas montañosas y valles, que duró cerca de 900 millones de años, durante el cual apareció la vida primitiva y los seres menores. Hacia el final de este periodo la actividad tectónica se redujo, permitiendo la evolución de vida superior.

Cuando el planeta tenía cerca de 5.500 millones de años de edad, empezó a aparecer la vida inteligente en la superficie del planeta, representada por cinco razas de pre-humanos, las cuales darían origen (en un caso por convergencia, y en los otros opr evolución paralela) 250 millones de años después, a las tres razas conocidas como Sharuk, Haruk, y Nilem.


La Luz (época histórica):

Con el establecimiento de las tres razas humanas en el planeta, y la posterior colonización y administración de Aurópolis a manos de ellos, se inicia la época de desarrollo del planeta.
Se crean las primeras ciudades, y se empiezan a fundar los primeros gobernatos. La ciencia y el arte se desarrollan prontamente, así como la magia.

Es en esta época en la que estamos actualmente.

Año geológico: 6.000 millones (aproximadamente).
Año de evolución humana: 250 millones
Año de calendario histórico: 352.480 (establecido por los antiguos patriarcas Sharuk y Nilem)
Año de fundación de Savana: 320.247 (capital original del gobernato tripartita, antes de la expansión de los pueblos).

18 abril, 2006

Nociones Generales de Geografía Auropolitana

GEOGRAFÍA


Aurópolis es el cuarto planeta de su sistema. También es el más denso. Muchas de sus características (grandes masas de agua, escasez de cráteres en la superficie, atmósfera compuesta principalmente por nitrógeno y oxigeno) no aparecen en ningún otro cuerpo del sistema mariano.

Que se sepa, sólo en Aurópolis coexisten de manera estable los estados sólido, líquido y gaseosos del agua, y es el único lugar donde existe vida, al menos como la reconoce la ciencia, dentro del sisema mariano.

El núcleo del planeta (probablemente metálico en su centro) es líquido en un 95% y se halla en constante movimiento, lo que origina un considerable campo magnético. El manto (unos 4.500 Km de espesor) tiene una naturaleza entre líquida y sólida que en tiempos primitivos generó una fuerte actividad de tectónica de placas.

Principales datos:


  • Diámetro ecuatorial: 9.600 KM
    Densidad: 5,52 g/cm3
    Temperatura superficial: 27º C. En promedio
    Composición atmosférica: Nitrógeno (70 %), oxígeno (25 %), argón, neón, ozono, y otros gases (5 %)
    Gravedad superficial: 8,3 m/seg2
    Velocidad de escape: 9,1 KM/seg
    Distancia media a las estrellas del sistema mariano: 220.000.000 Km
    Periodo orbital: un año
    Periodo de rotación: 26 h, 02 min, 12 seg
    Inclinación órbita/eclíptica: 1,4º
    Excentricidad orbital: 0,035
    Satélites conocidos: una Luna



Otros datos:
Tiene cuatro grandes océanos, y ocho continentes. Experimenta una tectónica de placas muy leve, ya que es un planeta viejo, aunque en el pasado estuvo lleno de actividad geológica.

Los ocho continentes son:
Continente Blanco
Continente Negro
Continente Rojo
Continente Naranja
Continente Amarillo
Continente Verde
Continente Azul
Continente Violeta

Las estrellas del sistema mariano son: “Mare Mobta”, “Mare Mabta” y “Mare Lure”, de las cuales “Mare Lure” es una enana marrón densa, invisible desde la superficie del planeta.

13 septiembre, 2005

Todo empezó con el Discurso del General Lorsis

Por lo general todas las historias tienen un principio.

En el caso de Aurópolis, todo lo desencadenó no un principio, sino un final. El final del propio planeta.

El 29 de noviembre de 1996 (¡¡¡ándale, hace casi 10 años!!!) tras un rapto de unas seis horas puse punto final a uno de los mejores cuentos que he escrito.

Ese fue el principio de todo este follón Auropolitano que después se poblaría con muchas más cosas que permanecen archivadas y otras que iré publicando según su tiempo.

Aquí la versión definitiva del cuento:



Discurso del general Lorsis ante la asamblea reunida en el salón mayor de la nave "Auro", después de dejar el planeta Aurópolis y emprender el camino hacia un planeta habitable
Aurópolis ha muerto. De nada valieron los incontables esfuerzos que hicimos para evitarlo. Pero no puedo decir que no lo intentamos y que no hicimos nuestro mejor esfuerzo; nuestros métodos fueron infinitamente mejores a los que cualquier generación anterior a la nuestra jamás intentó. Quizás, en otras circunstancias, nuestros esfuerzos habrían sido fructíferos. Pero su destino ya estaba marcado aun antes de nuestro nacimiento.

Fue nuestra herencia un Aurópolis en decadencia. Demasiado usado y cansado por nuestra raza y aquellas que le precedieron en el dominio de la superficie, desde el principio de los días hasta nuestro tiempo. Fue nuestra herencia un Aurópolis agonizante, cuya inexorable caída no pudo ser frenada por nuestros ancestros. Cuando nuestros padres nos encomendaron la tarea de lograr lo que ellos no habían podido hacer, no era mucho lo que nos quedaba. Aun así, nos negamos a aceptar la muerte, y luchamos contra el destino. Ese destino creado poco a poco por cientos de generaciones anteriores para nosotros.

¿Quién fue el culpable? O, mejor, ¿Quiénes fueron los culpables de que el viejo cielo de Aurópolis, antes azul y brillante, se transformara en lo que ahora es: una oscura masa gaseosa de igual color negro durante el día y la noche? ¿Quiénes comieron los últimos vegetales cultivados en el campo, cuando la tierra aún era sana, y no árida como hoy, cuando todas las plantas se cultivan en laboratorios? ¿Y dónde están aquellos que sacaron del mar la última de las ballenas y se compraron más botes pesqueros con el producto de su venta, aun cuando ya no había qué pescar? Estoy seguro que ninguno de ellos vivió en el año primero; pero tampoco en el último, el nuestro.

Aurópolis era bello, según nos cuentan las historias. Dicen que era muy hermoso, que en los mares de cristal las olas reían mientras en los cielos las aves cantaban la gloria y pureza de montañas y valles, y la prosperidad de nuestra raza. Dicen que era hermoso. Pero eso debió haber sido hace mucho tiempo. Toda nuestra vida hemos conocido Aurópolis siempre igual, y no podemos imaginar lo que era partiendo de unas historias viejas y perdidas en el tiempo, y que más bien parecen ser el incierto recuerdo de una memoria lejana, más confundida con la leyenda que con la realidad. ¿Cómo pudo suceder? En algún lugar del tiempo algo falló. Falló nuestra raza, indulgente por milenios con su hogar e ignorante de su futuro. Fallaron los sueños que cegaron nuestra conciencia.

Aurópolis ha muerto. Ya su aire es irrespirable, su superficie incapaz de acogernos, sus aguas insuficientes y corrompidas, su tierra seca y marchita, sus cielos congestionados. Nunca más volveremos a él. Tal vez sea ese el precio que debamos pagar por haberlo asesinado.

Pero aún así, el Bendito Todopoderoso nos concede la oportunidad de sobrevivir en un nuevo lugar que nos acogerá como sus hijos y a la misma vez como sus amos. Quizá debamos ver esta redención como una recompensa a nuestros fallidos intentos por salvar Aurópolis. Pero sobre todo, hemos de tomarla como la oportunidad para hacer lo que nuestros padres, abuelos, bisabuelos y todos los que les precedieron, no pudieron hacer con Aurópolis; apreciar y conservar el planeta, de modo que nuestros descendientes no sufran en un futuro lo que nosotros estamos padeciendo ahora.

El Señor del Cielo nos guiará de ahora en adelante hacia ese planeta, ubicado a unos noventa mil años luz de distancia. Es un planeta joven en el que recién aparece la vida. Para cuando nosotros (o nuestros hijos, si es el caso) lleguemos, ya será un lugar totalmente a nuestra disposición. Es cierto que no es igual al viejo Aurópolis que por tanto tiempo nos acogió. Y es posible que nos encontremos con formas de vida desconocidas para nosotros. Pero el Gran Maestro ha revelado que es un lugar que opaca con su belleza y grandiosidad al planeta que fue nuestro hogar. Es un planeta único, perdido cerca de una estrella solitaria en el extremo opuesto de la galaxia. El creador ha ordenado que lo llamemos “Tierra”.

En Bogotá, D.C., Noviembre 29, 1996
Re-escrito, Diciembre 31, 1997



Bibliografía:
Publicado por primera vez en papel, en septiembre de 1997 en el libro “Caja de Palabras” (26 copias).
Reeditado y revisado para su publicación en E-Paper en 2002, en el CD “Hikari” (29 copias).
Publicado en E-Paper en 2003 en http://www.geocities.com/hixashi


Notas de Rubén halladas en los cuadernos e impresiones de pruebas:
“Quizás fue un error re-escribirlo... Tal vez no. Y si bien los cambios fueron minúsculos, en esta versión adquirió una atmósfera más patética que me gusta sobre la original.” (c. 1999)